Copal, purificación
aromática
El copal es un incienso elaborado con la resina de diversos árboles, entre los cuales destacan el pino y cuatro especies de la familia Burceraceae. Constituye uno de los elementos rituales más importantes y sus usos pueden clasificarse en cuatro rubros: adivinatorios, preventivos, de ofrecimiento a la divinidad y terapéuticos.
Los vapores que despide el copal al incinerarse son alimento para las deidades. Con ellos, los curanderos atraen a los entes sagrados para que participen en diversas ceremonias.
El uso ritual del copal está íntimamente ligado a los sahumerios o ‘tlémaitl’. La palabra sahumar se refiere a “dar humo aromático a una cosa a fin de purificarla o para que huela bien” y se usan aun en ritos sincréticos como la bendición de semillas, la petición de lluvias o agradecimiento por las cosechas.
Durante las celebraciones de Semana Santa, Todos Santos y los Fieles Difuntos se vende copal en mercados y se encuentran sahumerios en altares de iglesias, pero sobre todo en las ofrendas de los hogares del campo y la ciudad.
En las ciudades, el uso del copal también está asociado a ceremonias o rituales de diferentes creencias, por ejemplo, en rituales de adivinación y acompañando la oración.
Se considera que al inhalar el humo de la resina o tomarla en forma de té, ayuda a aliviar enfermedades respiratorias. Su humo también es utilizado para purificar casas y personas, para pedir salud y bienestar o simplemente porque a la gente le agrada el aroma. El aceite de copal es utilizado en la aromaterapia para tratar ciertas enfermedades, debido a que tienen efectos sobre el sistema cerebral relacionado con las emociones, entre otras respuestas (sistema límbico). Para el caso de la madera, es utilizada para elaborar cajitas artesanales de Olinalá, Guerrero, y los tallados de animales fantásticos o alebrijes de Oaxaca.